Una de las habilidades
fundamentales de la inteligencia emocional es el adecuado manejo de las
emociones en uno mismo. El control de las emociones no significa que deban
suprimirse, sino que se refiere a cómo manejarlas, regularlas o transformarlas
si es necesario. Supone poseer una serie de habilidades que permitan a la
persona hacerse cargo de la situación, tomar decisiones entre alternativas
posibles y reaccionar de manera controlada ante los diversos acontecimientos de
la vida. El autocontrol puede ser enseñado y aprendido, y persigue encontrar el
equilibrio emocional para alcanzar la autonomía y el bienestar personal.
Poseer control emocional no
significa que no tengamos que enfrentarnos en la vida diaria a situaciones que
impliquen conflictos con otras personas o situaciones, por cuanto así es la
dinámica de la vida misma. El autocontrol significa saber superar los bloqueos
emocionales que ciertas situaciones pueden provocar. Lo verdaderamente
importante es intentar reconocer y controlar las emociones negativas para que
no desplacen las positivas.
Hay personas que poseen la
habilidad para enfrentar positivamente las tensiones emocionales, sin embargo,
a otras les cuesta mucho o se enfrentan de manera inadecuada, se escapan o las evitan.
La evitación y el escape no son buenas soluciones para enfrentarse a las
tensiones emocionales porque no resuelven las fuentes del conflicto, crean
grandes insatisfacciones y terminan por debilitar la integridad emocional.
La dinámica de la sociedad
actual enfrenta a las personas de manera continua a situaciones que le ocasionan
enfado o irritaciones, ansiedad o preocupación, estrés, miedo o depresión. El
autocontrol emocional supone el conocimiento de uno mismo e implica la observación
y percepción de nuestras emociones en esas circunstancias, para poder generar
estrategias de afrontamiento apropiadas.
En ese sentido se
recomienda:
- Auto-conocerse a través de la propia
reflexión para identificar las emociones positivas y negativas que
experimentamos.
- Controlar la expresión de las emociones
negativas y promover la expresión de las emociones positivas, esto
favorece nuestro bienestar personal y las relaciones con los otros.
Fragmento del libro “EDUCAR LAS EMOCIONES”
©Mireya Vivas, Domingo
Gallego y Belkis González
Publicado por Agustín Obispo Perea
Publicado por Agustín Obispo Perea
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