martes, 29 de abril de 2014

MAPA CORPORAL DE LAS EMOCIONES




De izquierda a derecha, mapa corporal de emociones: ira, miedo, asco, felicidad, tristeza y sorpresa.

Si buscamos en la historia de las palabras, nos daremos cuenta que "emoción" viene del latín "emotĭo", que significa "movimiento o impulso", "aquello que te mueve hacia algo". La emoción es por tanto aquello que motiva el movimiento, que acciona el cuerpo. Dicho movimiento o acción que impulsa toda emoción puede ser evidente o subyacer de forma sutil.

¿En qué parte del cuerpo se encuentra la felicidad? ¿Y la tristeza? ¿Y el miedo? ¿Qué zona del cuerpo dirían que se les calienta cuando sienten rabia? ¿Y asco? ¿Y sorpresa? ¿Se atreverían a señalar en qué lugar de la anatomía humana se sitúa la vergüenza? ¿La depresión? ¿O el amor?

“Las emociones ajustan no sólo nuestra salud mental, sino también nuestros estados corporales”, de esta forma nos preparan para reaccionar rápidamente ante los peligros, pero también ante cualquier oportunidad que ofrezca el entorno, como una interacción social placentera”, explica Lauri Nummenmaa, profesor de neurociencia y líder de un equipo investigador que ha plasmado un mapa corporal de las emociones.

Basándonos en ese estudio, quisimos realizar entre nuestros alumnos dicho experimento, y valorar si las respuestas de nuestros alumnos/as se asemejaban a los resultados del anterior estudio. Para ello, los estudiantes debían colorear una silueta humana en las zonas que se activaban más o menos con cada una de las emociones. El rojo se usó para marcar las áreas de mayor actividad y el azul las de menor sensación.

Nuestro objetivo era analizar cómo responde nuestro cuerpo y mente ante una emoción, y que se dieran cuenta nuestros alumnos de la relación directa existente, y que es nuestro cuerpo quién expresa, a través de esas sensaciones, la emoción sentida. El cómo hacerlo, es lo que tienen que aprender a controlar.



MAPA DE LAS EMOCIONES








PIENSA Y SEÑALA EN EL MAPA DONDE CREES QUE SE SITUAN LAS DIFERENTES EMOCIONES.


Publicado por  Agustín Obispo Perea

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